ORACIÓN Y OBEDIENCIA

En la biblia tenemos el relato de cuando el Rey Ezequías «cayó enfermo de muerte» (2 Reyes 20:1). Recibió un aviso por medio del profeta Isaías para que se preparara porque iba a morir. Su reacción fue ORAR A DIOS apelando a su caminar íntegro y justo delante de Él.
Esa oración fue eficaz (Santiago 5:16). Recibió 15 años mas de vida de parte de Dios, pero le fue dada «instrucción» de aplicar una «masa de higos» que para muchos representa medicamento.

Así debemos actuar en nuestra confianza en Dios: Ante el peligro inminente, nuestra oración es fundamental. Romanos 5:1 nos recuerda la justificación nuestra por medio de la fe en Cristo. Nuestra oración es eficaz en Cristo Jesús. Ademas es necesario seguir las instrucciones. Así mostramos que dependemos de Dios, siguiendo y obedeciendo «SUS INSTRUCCIONES»

Después de que el pueblo de Israel cruzó el mar rojo fueron probados por Dios en Mara (Éxodo 15:26) y les dijo:
«Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos NINGUNA ENFERMEDAD de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque YO SOY JEHOVÁ TU SANADOR.»
Aquí Dios les da la clave para preservar su salud: «OIR SU PALABRA Y OBEDECERLA».

Dios le dio al pueblo de Israel en su Ley, mandamientos que ellos debían obedecer, sin saber que al hacerlo ellos estaban siendo librados del contagio de enfermedades infecciosas. En Levítico 11 vemos que cuando alguien tenía contacto con el cuerpo de algún animal muerto además del deber de lavarse ese día, la persona se declaraba inmunda y no podía ser tocado. No solo las personas, sino las cosas mismas que fuesen tocadas por «algo del muerto» serían inmundas (11:32). La carne de los animales muertos por fieras no se les permitía para consumo (Lev 7:24)
Cuando una persona moría en tienda, aquellos que entraran o estuviesen en ella se declaraba inmundos por siete dias.
En los capítulos 13 y 14 están las leyes acerca de los leprosos. Los enfermos de lepra no podían estar en el campamento e instruye en el caso de los que eran limpios de la enfermedad un procedimiento de purificación para ser declarados limpios.
El capítulo 15 trata de los flujos del varón y de la mujer y muchos ejemplos mas que podemos encontrar en la ley con instrucciones de purificación que guardaban la salud de los israelitas.

Dios no les dio el conocimiento de los microorganismos causantes de enfermedades (conocimiento que el hombre tuvo hasta el siglo XIX ). Solo les dio «INSTRUCCIONES Y MANDAMIENTOS PARA OBEDECER» que les preservarían la vida.
Ezequiel 20:11 «les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales EL HOMBRE QUE LOS CUMPLIERE VIVIRÁ»
Si la Ley del antiguo pacto la aplicáramos nosotros al pie de la letra, creo que ni una gripita(catarro) nos llegaría y aún nos preservaría de cosas que la ciencia no ha descubierto al día de hoy.

Estamos conscientes que la dinámica que hoy vivimos en los conglomerados urbanos lo complican en gran medida: Eventos, Trabajos, Escuelas, Transportes. Aún así, Dios nos guarda. La oración es nuestra comunión con Él. Jesús nos dice que si lo amamos, guardemos sus mandamientos.

Tomemos el ejemplo del Rey Ezequías por el cual recibió su sanidad:
ORÓ Y OBEDECIÓ

Hijo mío, está atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón;
Porque son vida a los que las hallan,
Y medicina a todo su cuerpo.
Proverbios 4:20-22

¡DIOS TE BENDIGA Y TE GUARDE!